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Tecnología Social

La Tecnología, el gran aliado social

Las personas con capacidades diversas constituyen un enorme nicho de mercado para el sector de las tecnologías.

accesibilidad Microsoft

 

Que en los últimos 15 años el mundo ha sufrido una revolución tecnológica, es innegable. Que han cambiado formas de trabajo, formas de relacionarse y hábitos sociales, es innegable. Pero hay algo más. Para millones de personas, ha significado incorporarse como ciudadanos de pleno derecho a la vida activa de una sociedad que, por falta de recursos adecuados, les negaba ese derecho a ser ciudadanos activos.

Personas sordas y WhatshApp. Personas ciegas y asistentes de voz. Libros digitales, para personas ciegas o con dificultades motoras. Las pantallas táctiles han supuesto una verdadera solución para aquellas personas con altas lesiones o dificultades en presionar teclas o botones. GPS’s integrados en smartphones, para “visualizar” a mayores con Alzheimer. Cámaras incorporadas en sistemas móviles, teléfonos inteligentes o tabletas, que permiten videoconferencia y acceso a servicios de formación, por ejemplo, a personas con movilidad reducida. Todo un mundo de posibilidades que la tecnología ha traído, y un nuevo mundo que se ha abierto en unos pocos años, para personas con capacidades diversas y mayores. Pero, cuidado, no debemos olvidar que para que la tecnología sea utilizable, y al servicio de la persona, debe ser accesible y usable. De lo contrario, se diluye. La tecnología tiene sentido, cuando sirve para todos; en caso contrario, es un elemento discriminador tremendamente potente.

Tengo una muy buena amiga, hace pocos años compañera de trabajo, que siempre que nos vemos me recuerda dos anécdotas: hace ocho años, ocupaba el puesto de Director General de Políticas Sociales y de Discapacidad, en el Ministerio de Sanidad. Marisa, que así se llama mi amiga y entonces compañera, tiene discapacidad auditiva, le cuesta mucho seguir una conversación y necesita leer los labios viendo la cara del interlocutor. Pese a ello, es licenciada en derecho, aprobó las oposiciones y ocupa un puesto de responsabilidad. Un día, volviendo de un evento tecnológico, le presenté una aplicación, la primera, que había desarrollado Vodafone para teléfonos móviles: convertía la voz a texto. A mi amiga, ya con mucha experiencia, se le saltaron las lágrimas. Había encontrado una aplicación que la permitiría conversar en tiempo real con un interlocutor, sin estar enfrente. A raíz de ello, además, conseguimos que el Ministerio le pagara el teléfono, considerándolo adaptación del puesto de trabajo y necesario. Todo un logro gracias a la tecnología. Luego, vendrían los WhatshApps, los Line y demás.

El día 15 de julio se celebró el Día Internacional de las Tecnologías Apropiadas. Durante el mismo, y por cuarto año consecutivo, Keysight Technologies y la Fundación Adecco presentaron el informe “Tecnología y Discapacidad”. En él se realiza un análisis del uso de las tecnologías por las personas con discapacidad, segmentado, cómo las usa, y dificultades que encuentra. Obviamente, la mayoría de las dificultades vienen dadas por dos factores: el primero, el precio. El segundo, la falta de accesibilidad y usabilidad. Quizás nos preguntemos, ¿el precio?, eso es para “todos”. Pues no exactamente. Normalmente, y esto es muy común en teléfonos inteligentes y tabletas, las condiciones de accesibilidad y usabilidad suelen ser mejores en las gamas altas, y en los grandes fabricantes, curiosamente; pero también más caros. El informe completo se puede leer en: http://www.fundacionadecco.es/_data/SalaPrensa/Estudios/pdf/627.pdf

Hay algo que me gusta resaltar, y en lo que casi nadie repara: todo el mundo habla de lo buenas que son las tecnologías, la cantidad de cosas que permiten hacer, el beneficio que hacen a la discapacidad, que si puedo hacer la declaración por internet y antes no, con lo bien que me viene al ir en silla de ruedas… Pero hay algo de lo que, todavía, la empresa, los profesionales y el sector comercial no se da del todo cuenta: gracias a las tecnologías, las personas con discapacidad se han convertido en potentes consumidores.  Incluso, en muchos casos, bastante por encima de la media. A muchas personas con discapacidad, ciegas o con movilidad reducida, les resulta, por ejemplo, mucho más cómodo comprar on line. Las tecnologías han encontrado un nicho de mercado que desconocen aún, y que lo será cada vez más, según vayan siendo más accesibles los terminales, las app’s, las web y contenidos y la publicidad. ¿Saben que las personas ciegas son ávidos lectores de libros electrónicos? Hace escasos años esa población lectora ciega de libros comerciales, no existía. No podían. Leían libros en Braille, los que habían y donde había.

 

 
Marlon Molina

Juan Carlos Ramiro

Licenciado en Derecho y Máster en Tecnologías de la Información y Comunicación por la UNED. Ha ocupado diversos puestos de responsabilidad en empresas públicas y privadas, destacando su trabajo como Asesor de la Secretaría de Estado, y Director General de políticas sociales en varios ministerios (2004 a 2010). Actualmente, Director de accesibilidad en CENTAC y Vicepresidente de la Fundación de Tecnología Social. Madrid, España.



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