¿Le dejarías a la IA el branding de tu empresa?
Oponerse a la innovación es como pensar que puedes frenar la rotación de la tierra.
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Raúl Sánchez
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Según la entidad financiera suiza UBS, la IA supondrá un mercado de más de 90.000 millones de dólares en todo el mundo en 2025. Y según varios medios estadounidenses, Microsoft estaría pensando en invertir en ChatGPT hasta 10 millones de dólares. No en vano, se trata de la aplicación que ha experimentado un mayor crecimiento en su uso en la historia, con 100 millones de usuarios activos tan solo dos meses después de su lanzamiento. Esto ha provocado que los más agoreros crean que, debido al desarrollo de esta IA, en los próximos años desaparecerán decenas de profesiones.
Sin embargo, desde la consultora de desarrollo digital española Syntonize, se admite que aunque la Inteligencia Artificial es una tecnología con un gran potencial para el desarrollo de aplicaciones y de estrategias de marketing y branding, los límites actuales dejan un campo aún muy extenso para el trabajo de la creatividad humana.
La Inteligencia Artificial no sustituye los puestos de trabajo lo que consigue es que estos puestos sean más eficientes. Por un lado, es complicado que sustituya por completo a un ser humano por las características que se buscan en un trabajador y que son intrínsecas de los humanos, como por ejemplo: los valores, el compañerismo y la solidaridad. Por otro lado, tenemos algunas tareas más susceptibles de ser automatizadas, como por ejemplo, traducciones, doblajes, copywriting, cálculos matemáticos, etcétera, que definitivamente serán reemplazadas por las IA y revisadas por humanos, lo que reducirá la necesidad de mano de obra. Tenemos que estar preparados para cambiar nuestros modelos productivos y educativos para adecuarnos a una nueva realidad. Y todo esto dicho desde la perspectiva de que tan sólo estamos viendo las capacidades actuales y aún no somos capaces siquiera de imaginar las posibilidades que se abrirán ante nosotros cuando comencemos a apalancar innovaciones sobre innovaciones de manera ilimitada.
Al igual que se ha conseguido entrenar a un ordenador para jugar al ajedrez, que es un juego con un número de combinaciones de 10 elevado a 120, lo que supera el número de átomos en el universo conocido, se puede entrenar a otra inteligencia artificial para generar estrategias con, probablemente, muchas menos variables y menos combinaciones. La máxima dificultad reside en crear el modelo de generación de estrategia y entrenarlo; pero es un camino que ya es de sobra conocido por los profesionales que entrenan a las IA, y no habría nada de novedoso en ello.
Diría que el primer sector en ser directamente afectado por la IA será el de la educación. Toca replantearse el modelo educativo y preguntarse cuáles son las habilidades y las competencias que realmente van a ser útiles para la vida. Aparte, los profesores tienen que estar preparados para afrontar la realidad de que las IA van a ayudar a los alumnos, que también les pueden ayudar a ellos y que, quizá, sea mejor adaptarse que ser engullidos por la nueva ola y las que están por venir. Oponerse a la innovación es como pensar que puedes frenar la rotación de la tierra.
En términos de industria, todas las que tienen el apellido "tech" ya estaban preparadas e invirtiendo en nuevas tecnologías y seguramente utilizando IA desde mucho antes de que se hayan popularizado. ¿Tengo que decantarme? Si es así, entonces, apostaría por las que más medios tengan para invertir: las FinTech o WealthTech.
En el caso concreto del branding de una empresa, en donde se materializan los procesos de identidad visual, auditiva e incluso emocional con el objetivo de destacar en el mercado y diferenciarse de la competencia, el uso de la Inteligencia Artificial puede ayudar enormemente a conseguir mayor efectividad, más precisión, personalización y análisis.
