Universidad
Transformación Digital

Transformación digital en la universidad española

A la universidad española también ha llegado la transformación digital, aunque su ritmo de implantación no es tan rápido como sería deseable.

Cuando se pretende lograr la Transformación Digital en la universidad, no sé trata de hacer lo mismo que se ha hecho hasta ahora, pero esta vez con ayuda de las nuevas tecnologías, sino que se trata de modernizar la educación buscando una nueva forma en que los alumnos se interrelacionen con la universidad y entre ellos, estudien y consigan los resultados de aprendizaje buscados.

Pilares de la transformación digital en la universidad

Las altas velocidades de transmisión de datos, tanto de la conectividad móvil (redes 4G), como de la banda ancha, en conjunción con la masificación de los dispositivos móviles (smartphones y tablets, principalmente), proporcionan los medios adecuados para poder afrontar este reto. La transformación digital en la universidad se basa principalmente en dos “pilares”: Almacenamiento en la nube (Cloud) y Movilidad.

El almacenamiento en la nube permite la compartición de infinidad de contenidos con disponibilidad 24/7 (24 horas al día, los 7 días de la semana), ideal para el trabajo en equipo, así como con un mantenimiento relativamente barato y sencillo. Los Entornos virtuales de aprendizaje son un elemento indispensable en este punto. Se debe poder acceder a ellos a través de las nuevos dispositivos móviles (smartphones, tablets, smart watch, e incluso smart tv) al igual que en los medios tradicionales (PC, portátiles). En este entorno multidispositivo el mobile learning es ya la siguiente generación de la educación, que permite a los estudiantes un aprendizaje just in time. Cada vez está más extendido el uso de los dispositivos móviles en las clases presenciales (BYOD, Bring Your Own Device) para su uso como complemento al aprendizaje.

Como complemento a estos dos “pilares” están el Internet de las Cosas (IoT, Internet of the Things), el Big Data y las redes sociales. Dentro del Internet de las Cosas también se incluyen la impresión 3D y la realidad virtual, que son dos aplicaciones tecnológicas que permiten un acercamiento completamente diferente para el aprendizaje de cierto tipo de materias, dando un punto de vista nuevo en la enseñanza. Por otro lado el Big Data va a analizar todos los nuevos datos que se van a generar, permitiendo generar modelos predictivos de comportamiento y rendimiento de los estudiantes, así como la personalización de la enseñanza para cada alumno. Las redes sociales, por último, son un medio de comunicación que los estudiantes perciben con cercanía, que permite la creación de comunidades educativas, y que pueden ser utilizadas como mensajería instantánea en el ámbito educativo. Tienen un efecto “adictivo” en los estudiantes y son una motivación para evitar el abandono.

Dificultades para su implantación

Existen una serie de barreras que lo están impidiendo. La primera de ellas es la resistencia al cambio desde las distintas instancias universitarias (desde Rectores a profesores e incluso estudiantes). Hay un nuevo camino a recorrer y el miedo a lo desconocido es un poderoso enemigo. También existe una necesidad de formación e información en las nuevas tecnologías y lo que pueden hacer por la universidad. Las políticas de protección de datos también son un impedimento (o excusa) para no avanzar.

Una vez que se ha decidido abordar la transformación digital, hay otros factores que obstaculizan su éxito. Por ejemplo la correcta elección de las mejores plataformas/ herramientas para la adquisición del aprendizaje. Existe una gran variedad, y hay que encontrar aquella que mejor se adapte. Toda decisión también viene coartada por las inversiones necesarias para acometerla, lo que provoca que se adopten soluciones que están dentro del presupuesto, pero que no son las más adecuadas. Otro desafío es la adaptación de contenidos a la nueva realidad. Si después de hacer un gran desembolso, se utilizan los mismos contenidos que se estaban utilizando previamente (por ejemplo: archivos en formato pdf), será un fracaso.

Futuro

El futuro se vislumbra esperanzador, pero no exento de riesgos. Aquellas universidades que no decidan subirse al barco de la “transformación digital” tendrán problemas para convencer a los nuevos estudiantes de que las elijan. En pocos años, la gran mayoría de los nuevos alumnos serán nativos digitales, y no concebirán matricularse en una universidad que sigue anclada al siglo XX.

 

Francisco David De la Peña

Ingeniero Industrial por la U. Polotécnica de Madrid, especialidad en Organización Industrial. Doctor en Ingeniería Industrial por la U. Pública de Navarra. Amplia experiencia en los ámbitos empresarial y universitario. Actualmente, es Director del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA). Madrid, España.



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